Panamá construye un “hub” de emprendimiento y cadenas de valor para mipymes
Este año se tiene US$2.000.000 con los que espera dar capacitación a 10.000 microempresarios y otros dos millones para distribuir en el programa “Capital semilla”, a razón de US$1.000 entre 2.000 emprendedores
Por Panamá América
Las 600.000 micro, pequeñas y
medianas empresas panameñas están convocadas a crear cadenas de valor y un
“hub” de emprendimiento para aprovechar la ampliación del Canal de Panamá, esa
es la meta de la ministra, María Celia Dopeso López, responsable del
sector. La joven ministra de la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana
Empresa (Ampyme), cuyo abuelo era de Galicia (España), explicó que trabaja
intensamente para que a fin de año la institución funcione con políticas públicas
definidas, un plan estratégico aprobado hasta 2019, una ley de emprendimiento y
cadenas de valor en marcha.
Hace una semana se definió
con la asistencia de técnicos de la agencia de cooperación de Japón (Jaica), la
ruta a seguir para darle forma al “hub” de emprendimiento y en agosto lanzará
la creación de cadenas de valor, con el apoyo de un grupo de empresarios de
Bocas del Toro, frontera con Costa Rica, que ya lo hacen con su producto y
quieren compartir su experiencia.
Para noviembre, que se celebra a
escala regional la semana del emprendimiento, espera que en Panamá se
desarrolle de modo articulado “para que las mediciones que se hagan sean
beneficiosas”.
“Encontré un enfermo recuperable,
no tenía cáncer, sino una bronquitis”, resumió para explicar la situación de la
Ampyme, cuya anterior administración de Giselle Burillo (2004-2009) se enfrenta
a catorce demandas “entre penales y electorales”, la más grave, una por
supuestas compras irregulares que causaron una lesión al Estado por más de
US$20.000.000 millones.
Con un doctorado en derecho
privado y una maestría en derecho internacional, Dopeso dijo que “la mejor
asesora” que tiene en el tema mipymes es su madre, una microempresaria en su
pueblo de Chitré, en la provincia central de Herrera, a la que desde niña ha
visto luchar a brazo partido por sacar adelante el negocio familiar.
“Mi mamá tiene desde un taller de
mecánica hasta negocios con la construcción, la he escuchado quejarse cada vez
que aumenta el salario mínimo, luchar con el control de inventario, conoce la
‘tramitología’ con los impuestos”, comentó.
Asumió “como un reto” dirigir al
sector, porque cuando ocupó la Dirección General de Proyectos Especiales y
Cooperación Internacional de la Cancillería (2009-2013), escuchó en las
reuniones hablar del crecimiento de su país y de la gran desigualdad que reina
en él, lo que cree puede cambiar desde las mipymes.
“Es un sector muy necesitado de
apoyo, los gremios quieren un resurgimiento, quiero darle un giro a la
gestión”, apuntó.
Este año tiene US$2.000.000 con
los que espera dar capacitación a 10.000 microempresarios y otros dos millones
para distribuir en el programa “Capital semilla”, a razón de US$1.000 entre
2.000 emprendedores.
Además Ampyme sirve de fiador
para que los empresarios obtengan de la banca hasta US$50.000 con qué
desarrollar sus negocios.
Otro fondo que tiene, por
US$14.000.000 millones, es el fideicomiso creado hace 15 años que administra el
banco de la Confederación Latinoamericana de Cooperativas (Colac) y sirve de banca
de segundo piso para los bancos locales que otorgan los préstamos y que en 2015
benefició a 6.000 personas.
Crear el “hub” de emprendimiento
para Dopeso es formar empresarios en manejo integral de la creación,
formalización y administración del negocio y darle formación académica acorde
con las tendencias actuales, con miras a aprovechar la ampliación del Canal de
Panamá.
“Tenemos que crear cadenas de
valor para que las mipymes se conviertan en proveedores de las empresas que
usan el canal”, apuntó.
Además, está formando la oficina
de estadísticas de la Ampyme para poder medir el sector con certeza y desde
varios ángulos, algo que no existe aún, pese a que esas empresas son el 98% del
total del país. Tampoco nadie sabe cuánto aportan al producto interno bruto del
país, ni cuanto trabajo crean.
En Panamá una empresa es micro si
declara una renta anual de hasta 150,000 dólares, pequeña si llega al millón de
dólares y mediana si es de hasta dos millones de dólares.
Estas definiciones están por
homologarse en Centroamérica, dijo.
Otra tarea es luchar por una
gradualidad en el pago de los impuestos nacionales y municipales, para alentar
la formalización y restablecer la “ventanilla única” para desburocratizar el
sector.
Reconoció que Panamá, por ser un
país de renta media, tiene poco acceso a fondos de la cooperación
internacional, pero sí recibe asistencia técnica “que es muy valiosa”, de
Japón, la ONU y negocia con el CAF, el Banco Interamericano de Desarrollo y
Chile nuevos programas.
Con el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) negocia un convenio para emprendimiento,
cooperación e intervención en las comarcas indígenas, “un sector prioritario”,
que lo ha solicitado.
Acompañada por sus 200
funcionarios, espera llegar a diciembre con una institución “plenamente
operativa y llevar respuesta a toda esa ciudadanía que lo demanda”.
Su madre y “asesora” le dice “que
los programas impacten realmente, cree en el emprendimiento pero a su juicio se
han centrado mucho en eso y hay que atender al que persevera varios años y
necesita ese refuerzo” y ella, la ministra, considera que “sí, tiene razón”,
pero reconoce que todo “no se puede hacer de la noche a la mañana”.
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